¿ y qué hay de lo nuestro?

Un día completo no existe, pero puede ser un día especial. Un día donde te encuentras con un algún efecto sorpresivo e inesperado. Mientras intento despejarme de modelos econométricos, voy a intentar hacer una sucinta reflexión a cerca de mis impresiones. Lo reconozco, impresiones influenciadas, y ¿qué? .Esta tarde me llamó mi madre al teléfono, a decir verdad, no esperaba nada especial. Pero sí, muy especial, hable con Marlui Miranda. Esta excepcional mujer es el ejemplo de enfocar la vida desde un punto de vista esencilista y fuera de lo común. Marlui, es una artista brasileña de origen gallego, que me presentó mi madre allá por los años 2000. Entonces era un pequeño poyuelo, un mozo que pasaba inadvertido y que me dedicaba a curiosear y guardar zapato. Conocí una mujer extraña, vino para un festival, con una tribu indígena de la selva amazónica. Para más señas la tribu tupari, esta mujer de profesión arquitecta, llegó a una conclusión hace muchos años. Se planteaba donde era más provechoso hacer una vida. La urbe o la selva. Interesante dilema...Marlui tiró los planos, hizo la maleta y se introdujo en plena Amazonia (pegando a Perú), allí solo tenía una misión, integrarse y sacar provecho de lo que había. Pero un provecho muy loable. Ella no fue a hacer urbanizaciones, fue a hacer música. Una música de fusión, pero con estilo propio. A hacer cosas pocas adecuadas para una señora de bien. Comer con las manos, cagar debajo de un árbol y lavarse en río, y comer a base de higos. Se puede vivir, yo no salía de mi asombro, mientras tanto remontándome a la comida. Comida algo complicada.. la gente de la tribu tenía poca experiencia con el tenedor y el cuchillo. El pan ni sabían que era, fruta y tomates. No se me olvida esa fue su comida. Vivían eh¡¡ hasta les puedo decir que les vrillaban los ojos. Entre ellos solo había una preocupación. El caos y la destrucción del hombre en la selva. He aquí la cuestión, en aquella época yo era un entusiasta defensor de lo que se estilaba, es decir; un prosistema irracional. Es este el momento clave, Maruli me dijo, que para que la selva sobreviva tenía que llegar una gran crisis económica y que todo se paralizara. En el momento mi mirada era casi desafiante, ¿una crisis? ¿menos inversiones? ¿menos bienestar?. Que bienestar¡¡ Efectivamente esta tarde le dí la razón, el ser humano cuando vive en la exubernacia vive para deshacer... Y si nos ponemos a pensar ahora.. hasta parece que llueve más.. Da la sensación, como si nuestro generoso planeta nos recompensara por dejar de hacer que se hace para no estar quietos. Es decir incordiar.

Un gran saludo.

P.d Lo nuestro se refiere a aquella conversación, en la que Marlui me advertía que una gran crisis podía venir bien a la selva, y por lo que se ve la selva crea anticiclones... y ahora llueve más.. y para comer?? víveres.. patatas y y lo que de la tierra.

Recetas para una crisis.