DICOTOMIAS POLITICAS

El progreso recala en la economía, sociedad y culutura. Mi visión trata de dar un enfoque parcialmente progresista a un todo. Si el mundo es cambiante y dinámico hemos de progresar y caminar con él. El mayor problema de la humanidad es la desafección contínua entre el medio y el hombre. Mi dicotomía pasa por adelantarnos ¿quién rompe el equilibrio el medio o el hombre?. A partir de aquí las ideas... sin politica no hay ideas o sin ideas no hay politica. Dicotomías y más dicotomías.

sábado, 30 de mayo de 2009

Resumiendo: mentalidad holandesa servida a la catalana






Inmersos ya en la traca final, me gustaría acabar estas entradas resumiendo todo lo vivido en relación al mejor fútbol de la historia. La exhibición del barça implica muchas consecuencias. La primera antes de nada, poner nuestros corazones llenos de agradecimiento a esa SUPERINSTITUCIÓN llamada BARÇA. Ya lo dije en una entrada anterior, hacer del fútbol un arte y obtener resultados es una virtud única y por supuesto encomiable. En el eterno legado de reconocimientos, hay que hacer retrospectiva. Tenemos que enarbolar una mentalidad. Hemos de ir a la semilla y recogamos fruto. De ahí la obligación de agradecer eternamente la mentalidad que se le dio a este bello deporte. Me refiero al gran ''Johan Cruyff''. La representación del excepcional estilo holandés se ha representado desde el barça. Nos gusta el fútbol... y reivindicamos un estilo. Un estilo que hace algo tan complicado como que once jugadores y una pelota realicen una obra de arte. Lo siento pero viendo vídeos esto a lo más que se parece es a la mítica ''Naranja Mecánica''.

Gracias Johan, gracias Barça


P.d Pep felicidades, aprendiste la lección y de qué manera..

miércoles, 27 de mayo de 2009

27 de Mayo de 2009: Una manera de entender la vida.....



Hacer del fúbol un arte. Hacer del fúbol algo más que fubol. Gracias. Muchas gracias....

Hoy puede ser un gran día.



domingo, 24 de mayo de 2009

sábado, 23 de mayo de 2009

Carita de lluvia






Grandioso e íntimo. Definativamente mi admiración a la cultura vasca es vocación. Ayer escuchaba un disco de Mikel Laboa ''aita semeak''y esta letra dedicada. Me encantó...


Que canción tan triste
se arrastra en noche
bella y peligrosa
acordes para un nuevo adiós.

Corriendo por calles repletas de nada.
Apenas consigo inventar la distancia.
Que alivia la pena,
diluya las dudas,
en copas de olvido,
milagro imposible,
olvidar tu boca pronunciando adiós,
Carita de lluvia, preciosa y dolida.
Preciosa y herida te alejas,
te entregas despacio,
a los brazos del dolor.

Robada de un cuento caída de un cielo.
Sirena de ensueños
que cantas naufragios.
Ni quise ni pude evitar tus redes,
el peso del tiempo
me arrastra hacia el fondo,
te sigo en un sueño y apenas te rozo.
Carita de lluvia, preciosa y dolida,
preciosa y herida te alejas,
te entregas despacio,
a los brazos del dolor.

Que canción tan triste
se arrastra en noche
bella y peligrosa
acordes para un nuevo adiós.

Me aferro a tu cuerpo
respiro tus besos
y ahora hacia el infierno.
Tu vas por aquí...... y yo por allá.
Tu vas por aquí...... y yo por allá.

Siento que llora el ángel y araña la puta.
El mundo se rompe y sólo consigo,
recomponerlo sobre tu piel
lujuria de locos ternura infinita.
Te sigo en un sueño y apenas te rozo.
Carita de lluvia, preciosa y dolida,
preciosa y herida te alejas,
te entregas despacio,
a los brazos del dolor.

Que canción tan triste
se arrastra en noche
bella y peligrosa
acordes para un nuevo adiós.

Me aferro a tu cuerpo
respiro tus besos
y ahora hacia el infierno.
Tu vas por aquí...... y yo por allá.
Tu vas por aquí...... y yo por allá.

Que canción tan triste
se arrastra en noche
bella y peligrosa
acordes para un nuevo adiós.

Me aferro a tu cuerpo
respiro tus besos
y ahora hacia el infierno.
Tu vas por aquí...... y yo por allá.
Tu vas por aquí...... y yo por allá.

Un saludo.

miércoles, 20 de mayo de 2009

martes, 19 de mayo de 2009

Puerto Hurraco




LA NOCHE DE PUERTO HURRACO



--Antonio, ¿tú sabes qué coño es eso de la España profunda?

El sol frío de la mañana de diciembre espejeaba en los charcos del patio de la prisión. Los dos hermanos, Emilio y Antonio, andan pesadamente, las manos en los bolsillos y la cabeza gacha, ajenos al ir y venir nervioso de los grupos de presos que estiran los músculos y calientan sus cuerpos al sol de la mañana. Ellos no. Tranquilos, cachazudos, como si anduviesen aún tras las ovejas o subiesen a la sierra de Monterrubio a chuponar olivos. Visten arrugados pantalones de franela y unos gruesos jerseys de cuello vuelto que la Emilia les ha mandado del pueblo. Antonio se detiene, se desentume las puntas de los dedos con el vaho caliente y mira fijamente a su hermano.

--Emilio, hazme caso, no estés todo el santo día con ese cacharro pegado a la oreja, no esperes que nadie nos compadezca. Fíjate, sólo algunos han dicho que éramos buenas personas. Tampoco es mucho consuelo, pero algo es algo. Están asustados, no saben cómo hemos podido llegar tan lejos. Somos como dos perros apaleados. Sí, eso es lo que hemos sido siempre. Estamos solos, Emilio, no hay piedad para nosotros.

--¿Y qué querías, Antonio? Cuando nos detuvieron, vi muchos ojos inyectados de sangre, ojos que hubiesen querido vernos colgados de un olivo, ojos como los nuestros cuando penetramos por aquel callejón oscuro en la calle Mayor del pueblo. Tampoco hay mucha diferencia entre ellos y nosotros. ¿Por qué lo hicimos, Antonio?

--¡Y yo qué sé! El cabrón del Varrillo, el del bar, dijo que estábamos drogados, que nosotros no tenemos arrestos para eso. ¡Debajo de tierra debía de estar el Varrillo! No, déjalo que siga hablando, el maricón. Porque estamos aquí encerrados, por eso anda hablando. Pero no, debajo de tierra no, ya ha bajado bastante gente a la tierra en estos treinta años, demasiada gente en tan poco tiempo.

--Pero, ¿qué es la España profunda, Antonio? No me has contestado.

--¡Y yo qué leche sé! Eso lo dicen los del cacharro ese que siempre llevas pegado a la oreja. Ya me gustaría a mí verlos durante treinta años soportando el odio y el desprecio de todo un pueblo.

--No, de todo un pueblo no, tú sabes que hay gente en Puerto Hurraco que está de nuestra parte; bueno, estaban hasta aquella noche, ahora no sé qué pensarán de nosotros.

--Qué crees tú que van a pensar. Pues eso, que somos unas bestias salvajes. ¡Ya me hubiese gustado a mí verlos en nuestro pellejo! O como el hijoputa del Varrillo. ¡Claro que estábamos drogados! ¡Treinta años envenenándonos con su odio! Antes o después tenía que bullirnos la sangre.

--¡Qué mala hierba hemos pisado, hermano!

--Sí, ¡qué mala hierba!

Los dos hermanos Izquierdo, taciturnos, las manos siempre en los bolsillos del pantalón, van a protegerse del frío en una esquina del patio. Unas mugrientas gorras de visera les cubren las blancas pelambreras y les resguardan los ojos del duro sol de diciembre.

Emilio, acostumbrado a los largos silencios detrás de los rebaños, no puede soportar aquel rumor de pasos deslizándose por el patio de la prisión. No sabe él que necesita hablar, oír su voz, para sentirse vivo.

--Y los que violan niños, y los que ponen bombas, y los que asesinan a sus hijos, Antonio, ¿no son la España profunda?

--Leche, Emilio, la perra que has cogido con lo de la España profunda esa. Tú y tu maldito cacharro. ¡Claro que son la España profunda! Pero esos tíos de los papeles sólo se acuerdan de nosotros, de los cuatro desgraciados de esta puta tierra, en ocasiones como estas. ¡Malditos sean!

--¿Recuerdas, Antonio, cuando de pequeños escuchábamos asustados a los ciegos cantando de pueblo en pueblo el crimen de Don Benito? ¿Te acuerdas? También a nosotros nos cantarán los ciegos, ¿verdad?

--No, ya no hay ciegos bebedores cantando romances por las esquinas. Ahora los romances de crímenes y amores los cantan cuatro pelagatos que escriben en los papeles o hablan por ese aparato que siempre llevas colgado de la oreja. Dime una cosa, Emilio, --y Antonio cambió de conversación-- ¿tú estabas borracho aquella noche?

--¡Claro que estaba borracho!, y tú lo sabes. Sí, ya sé que el juez dijo que no estábamos ebrios. Yo no sé qué coño quiere decir eso, pero me lo imagino. ¡Que sabrá ese! Fueron muchas horas esa noche corriendo entre los olivos: cuando llegó la mañana, el vino lo tenía ya en los zancajos. Que si no --tú sabes que un gorrión en la copa de un eucalipto no se me escapaba--, que si no, no queda un alma viva, cagoenlaleche, en toda la aldea. Sí, el domingo por la mañana estuve jugando una partida de dominó en el bar del Lolo, después seguí tomando copas por el pueblo. Bastantes. Yo aguanto mucho, tú lo sabes. Pero el vino removió el veneno ese del que tú has hablado. Que actuamos premeditadamente ha dicho el de Castuera ¡Será gilipollas el tío! Sí, más de veinte años rumiándolo, pero no como él se piensa, ¿verdad, Antonio? ¡Es que esos mierdas no comprenden nada!

--Tú lo has dicho: no comprenden nada. Hace años un picapleitos llevó a la cárcel a un pobre viejo, creo que fue en Granada. En la cárcel los pocos años que le quedaban de vida; total por nada: un mal tiro a un zagal, un cabrón, que lo desvelaba todas las madrugadas con el ruido de la moto. Un día el picapleitos tiró por la ventana al vecino de arriba, un mangante que aporreaba la guitarra a todas horas mientras el hijo del abogado agonizaba.

--¡Anda allá, Antonio ¿Es verdad eso? Te lo has inventado. Tú te inventas muchas historias.

--No me creas, pero lo leí en los papeles. Es lo que yo me digo: que se metan en nuestro pellejo. Fue malo lo que hicimos, Emilio, muy malo. Bien que vamos a pagarlo, ¡vaya si vamos a pagarlo! Pero, a ver, que se pongan en nuestro lugar, que se metan en nuestro pellejo. Pero, ¡qué va! “Los Izquierdo son dos hienas, ¡a corgarlos!”. Eso es muy fácil de decirlo, pero más de dos tienen mucho que tapar, y mejor que se dejen de decir cosas.

De pronto los dos hermanos se quedaron silenciosos. No comprendían qué les estaba pasando. Años: años y años en silencio: recostados en el mostrador del bar delante de unas copas, sentados a la mesa de la casa, uno junto al otro cabalgando en las mulas largas jornadas..., y ahora, las palabras, las mismas que no tenían, queriendo salir a cada instante.

--La culpa la tuvieron nuestros padres-- dijo Antonio casi entre dientes.

--¿Nuestros padres? --preguntó el hermano, huraño--. ¡Qué tienen que ver nuestros padres con todo esto? Deja en paz a nuestros padres. ¡Tú estás loco!

--Sí, estoy loco, y tú también, y la Luciana y la Angelita. Ahí están las dos en el manicomio. ¡Claro que estamos locos! También lo estuvo Jerónimo, ¿no te acuerdas? Murió en el manicomio. No debieron casarse nunca nuestros padres; eran primos hermanos, y los hijos de primos hermanos dicen que salen locos, o tontos, o subnormalees. Lo leí en un papel: cosas de la sangre. Fíjate en la aldea cuántos tontos hay.

--Quizá tengas razón. Tú sabes más de esas cosas, siempre fuiste el más despierto y el más leído de todos los hermanos. Pero no estamos locos; los de Puerto Hurraco que nos envenenaron la sangre, tú lo has dicho.

--Sí, nos hicieron mala sangre, es cierto que lo he dicho. Treinta años recomiéndonos por dentro son muchos años. Pero no era para tanto. Yo no fui capaz de disparar, tú lo sabes, y eso que llevaba la Pionner bien cargada de postas.

--Otra cosa --Y Emilio cambió de tema--. Tú estuviste enamorado de la mujer de uno de los Serradillas cuando eras mozo, ¿verdad, Antonio?

--¿A qué viene eso ahora? No conviene remover los posos asentados, que después fíjate tú lo que pasa. Sí, era una buena moza, de lo mejorcito de la aldea, tú la conoces. Íbamos al salón del Bigote o al del Piyayo y bailábamos con una pianola; bueno, bailaban. Maldito caso el que a mí me hacían. Se reían en mi cara: que tenía mucho dinero, pero que era más feo que picio. La pobre madre cuánto sufrió con esto. El Serradillas, que ya la pretendía, aunque no estaban aún ennoviados, me siguió una noche hasta las afueras del pueblo y me puso una navaja en la barriga: que si no dejaba en paz a la María era hombre muerto. La dejé en paz hasta unos meses antes de la boda. Un día la aguardé en las porquerizas de su padre, le dije que la había querido siempre y que la seguía queriendo. Eso es lo que me parece a mí que le dije, aunque ahora no estoy muy seguro, porque en aquella época tampoco tenía yo muchas palabras para decir esas cosas que me parecen un poco finas. Lo cierto es que la María se rió en mi cara, se reía como una loca. Entre el fango de los cochinos la deshonré como una bestia, más por despecho que por deseos: ya mi sangre estaba demasiado requemada. Nadie se enteró en la aldea; bueno, eso es lo que yo he creído siempre. Tuvieron un hijo antes de tiempo. No, el Serradillas no se escamó. ¡Cualquiera sabe quién fue el primero que puso la era! Siempre tuve mis dudas de si el crío era un Serradillas o un Izquierdo; la María sí debía de saberlo, para una mujer no resultan tan difíciles esas cosas. Por eso, Emilio, no quise disparar: no estoy muy seguro de que la sangre de los Izquierdo no esté mezclada con la de los Serradillas por algún lado.

A Emilio, un poco alelado con la confesión del hermano, se le caía el moquillo, que se limpió en la manga del jerseys que le había mandado la Emilia.

--¿Por qué no dijiste nunca nada, Antonio?

--Bastante difíciles estaban ya las cosas para echar más leña al fuego.

--¡Siempre las hembras de los Serradillas! Bueno, las hembras y los hombre. Tú eras aún un crío, no tendrías más de ocho años. Fue al día siguiente de la fiesta de san Sebastián. Nicasio Serradillas llegó terciado sobre un mulo, desangrándose, a la puerta de su casa. Venía muriéndose a chorros. Jerónimo --¡pobre Jerónimo!-- lo había rematado de una certera puñalada. La gente dijo que Nicasio había cogido unos metros de tierra de nuestras hazas. Yo no le di crédito a esos rumores, aunque no era extraño: siempre tuvimos problemas por las lindes. Jerónimo también hablaba poco y, lo mismo que tú, tampoco dijo nada. La pobre de la Luciana --¿qué será de ellas?-- que se había enamorado como una tonta del Nicasio. “Luciana, ese hombre no te conviene, que se va a reír de ti”, le repetían los padres; y ella, ciega. La noche de san Sebastián, en el salón del Bigote, Nicasio bailó con la Luciana, la engatusó: que iban a casarse, que juntando los pegujales de ambos harían un buen capitalito, que cualquier día hablaba con sus padres para pedir su mano... Que hacía mucho calor en el salón del Bigote, que por qué no daban un paseo hasta la carretera... Y la Luciana que no, que hasta que no fuese novios formales, nada de nada. “Eres, además de fea, tonta”, le dijo el Serradillas; “más fea que picio. Vestir santos, eso es lo que te queda, Luciana. Con todas tus tierras y todas tus ovejas no habrá un hombre en cien leguas a la redonda que quiera pasar contigo la noche de bodas”. Luciana lloró toda la noche; toda la noche y muchas noches más. Al día siguiente fue cuando Nicasio llegó terciado en el mulo, desangrándose. ¡Pobre Jerónimo! Media vida en presidio y un infarto en el manicomio. Yo no me lo creí, para mí que fue uno de los Serradillas.

Sonó una sirena llamando a recuento. Los hermanos Izquierdo, taciturnos y parsimoniosos, se incorporaron a la fila. Uno de los reclusos, el Tato de Benquerencia, le clavó un hierro afilado en los costillares a Emilio, que cayó al suelo como un fardo. Cosas que pasan en estos sitios cuando menos te lo esperas. Antes de desmayarse tuvo tiempo para mirarle a los ojos: “Aún me queda una bala en la recámara de la Franchine, te está esperando”, sin saber lo que decía.

Los hermanos Izquierdo pasaron meses en la enfermería, alejados de los reclusos, esperando que se calmasen las aguas. Cada día más huraños y silenciosos. Pensaban en sus cosas: la paz de los campos, el caminar cansino detrás de los rebaños, las cacerías en los cotos de Benquerencia, Monterrubio, Castuera... Pero siempre, por dentro, los recuerdos requemando en la boca del estómago: las noches sin dormir, el levantarse al primer canto del gallo, las escapadas furtivas a Puerto Hurraco...

--Emilio --a eso de la media noche.

--¿Qué quieres?

--¿Por qué dos niñas, por qué, qué te habían hecho? Eres un hijo puta, Emilio, aunque seas mi hermano, eso es lo que eres. Esas caritas pálidas entre la blanca mortaja no se me borran de los sueños.

--No sé, Antonio, también para mí son una pesadilla. Tú lo dijiste: “Vamos a matar al pueblo entero”. Y esas dos niñas eran los retoños de los Serradillas, esa mala hierba que había que arrancar de cuajo. Pero te juro, Antonio, que no las vi, tenía como una nube en los ojos, llenos de sangre, eso, así es como los tenía.

--Tienes razón, Emilio. Tenía que pasar, estaba escrito. Más de treinta años acumulando rencor son muchos años, la sangre termina envenenándose. Y muchas muertes sin vengar. ¡Pobre Jerónimo! Él sí que sabía hacer las cosas bien; y tenía redaños. La navaja siempre derecha al corazón. Sí, yo era un niño, tú lo has dicho, pero aún estoy viendo el cuerpo de Nicasio desangrándose sobre el mulo a la puerta de los Serradillas. Cuando lo del otro de los Serradillas, lo del Felipe, ya le temblaba el pulso; fueron muchos años en la cárcel: una pena. Si le hubiese acertado en el centro, lo mismo las niñas estarían aún vivas y nosotros a la caza de la tórtola. ¿Que murió de un infarto en el manicomio? ¡Están buenos también esos! El hombre más templao de La Serena muriendo de un infarto. De nada nos sirvió que lo descuartizasen para hacerle la autopsia. Dicen que aquella noche Felipe Serradillas, borracho, invitó por los bares para festejar la muerte de un “Pata pelá”. Es verdad, según dijeron, que nadie quiso beber con él. Lo mismo fue todo un bulo para hacernos mala sangre; seguro, un mal bulo. Pero tenía que haberle sacado el corazón cuando me lo contaron: doce cuchillos como doce soles brillaban entre las alfajías de la casa, pero no sirvieron para nada. Bastante teníamos ya con llorar la muerte del hermano. Tú, Emilio, tampoco acertaste. Con un solo disparo el cuerpo de Felipe Serradillas hubiese reventado como un cerdo. Ya sé que no veías, que estabas como ciego, lo has dicho. Pero no acertaste.

--¡Qué querías! Ver las tripas del Serradillas colgando de los árboles; es eso, ¿no? Ya estaba vengada la muerte de Jerónimo, de acuerdo. Pero, ¿y madre? ¿No te acuerdas ya de madre? Tú a todas horas barrenándome: que habían sido los Serradillas, que no había dudas, que habían sido ellos. Y la Luciana lo mismo: que todo el pueblo, que la dejaron quemarse, que había sido el pueblo entero, que ni un cubo de agua, ¡pobre madre!, como un cochino en la matanza. Y la guardia civil que no había hecho nada, cuatro gatos en el pueblo y no saber quiénes eran los culpables, que no había justicia. Así un día y otro, muchos años --Y Emilio daba vueltas en el camastro, y se incorporaba, y daba grandes zancadas por el pequeño cuarto, y volvía a echarse en la cama.

Antonio humedeció una toalla y la colocó sobre la frente enfebrecida del hermano, después le apretó una mano entre las suyas y comenzó a hablarle suavemente. “Emilio, tranquilo, yo estoy aquí contigo, estaremos juntos pase lo que pase. A lo hecho, pecho. Somos dos hombres, ¿no? Pues a portarse como hombres”. “Como madre cuando era chico”, pensó Emilio. Y se quedó dormido con un sueño lleno de pesadillas. Estaba ya cercana la hora del alba.

Donde no acababa de aclarar era en la mente de los Izquiero. El entrecejo fruncido, la mirada torva, las facciones duras, impenetrables, el cabello hirsuto y enmarañado.Triste estampa de dos hombres a punto de cruzar el umbral de la locura con la cabeza poblada de fantasmas: Nicasio agonizando sobre una mula, Jerónimo con la navaja en la mano, la madre calcinada en una cama enorme, Luciana y Angelita, simpre de luto, como dos sombras o dos fantasmas vagando por la casa, al fondo una calle larga, muy larga, llena de sangre y cuerpos destrozados. Era un mundo abigarrado de personajes que iban y venían, se cruzaban y se confundían, un mundo de sombras y de voces indescifrables. Ese sí que era el mundo de la España profunda que a Emilio tanto le preocupaba. “Fríos, calculadores, vengativos, violentos”, habían dicho los médicos. Bueno, allá ellos, como si fuese tan fácil cruzar el umbral de ese mundo de sombras que los Izquierdo tenían en la cabeza.

--Antonio, ¿por qué dijimos que íbamos a cazar tórtolas? --le preguntó Emilio a su hermano, un día, viendo pasar una bandada de palomas por el cielo de la cárcel.

--Tú lo dijiste, que nunca se sabía contigo cuando estabas de broma o de mala leche. Porque eres mi hermano, Emilio, y la sangre está por encima de todo, pero tienes muy mala leche, ya lo sabes. Eres como la Luciana, los dos salisteis a padre. Y vestirnos con el traje verde de caza, ¿de quién fue la idea? Anda, dilo. Si es que han pasado tres meses y se me revuelve el estómago de pensarlo. Además de asesinos, unos chulos de mierda.

--No me hables así, Antonio. Tú no sabes lo que es la honra. Es la sangre pidiendo venganza. Son los muertos que te gritan por las noches pidiendo la sangre de sus asesinos. Oí contar a nuestro padre que el espíritu de los muertos no reposa hasta que no han sido vengados. Madre y Jerónimo ya pueden estar en paz.

--Y las dos niñas, Emilio, ¿qué tenían que ver con eso? ¿También tenían ya la sangre envenenada? Eran dos niñas, Emilio.

--Te lo he dicho mil veces: que no las vi, Antonio, te lo juro, que estaba ciego. No me vas a creer, pero llegó un momento en que me pareció estar cazando conejos entre los matorrales.

--Estamos locos, completamente locos. Ya te lo he dicho, lo traemos en la sangre, maldita la hora en que los padres se casaron.

--No estamos locos. Es sólo la venganza. Unos días antes llevé a las hermanas hasta el Puerto. La Luciana me hizo parar el coche un instante delante de nuestra casa. Desde la puerta entreabierta se veía la gran cama de caoba donde vinimos al mundo los seis hermanos. Requemada, lo mismo que los trajes negros de la madre en el ropero. Todo igual que hace cinco años. ¡Y decir que no pudieron salvarla!

--¡Cinco años ya! --dijo Antonio, como despertando de un sueño--. Recién cumplidos; fue en el mes de los difuntos. No quiso venirse a Monterrubio con nosotros: que allí había vivido y allí había de morir, que sólo la sacarían de su casa con los pies por delante. Como un pajarito, quemada en su gran lecho de caoba. Tienes razón, Emilio, ahora madre ya puede estar en paz. Aunque nosotros tengamos que vivir en un infierno. Es la sangre, tú lo has dicho. Ya hemos vengao la sangre de nuestra madre. Cinco años hemos estado sufriendo, ahora que sufran ellos.

--Fue la Luciana la que lo dispuso: que nadie toque nada, que esa cama quemada y esas ropas colgando de las perchas bajo el sol y bajo la lluvia atormenten día y noche a los asesinos. Así lo dijo.

--Ahora ya pueden echar la casa abajo --dijo Antonio--. Todo se ha terminado.

--Tú lo has dicho, se ha terminado. Al volver de la aldea --continuó Emilio--, la Luciana venga a llorar: que casi cinco años de la madre muerta y los asesinos sueltos por el pueblo, que no había justicia, que iría donde hiciese falta si aquello no lo arreglaba alguien antes; que qué pena que no viviese Jerónimo, que ese sí que sabía cómo arreglar las cosas. Y me caldeó la cabeza. Me recomía por dentro y la sangre se me iba pudriendo. “Ya está bien de llorar, esto lo arreglo yo”, le dije nada más llegar a casa. Y una nube me cubrió la cabeza y me cegó los ojos. Sólo aquella madrugada, huyendo por entre los olivares, me desperté del sueño. Porque yo creo, Antonio, que esto ha sido un sueño, sólo un mal sueño.

--Sí, tienes razón, un mal sueño.

--Pues ya está todo dicho.

--Sí, ya hemos hablado bastante.

Los hermanos Izquierdo volvieron a los largos silencios de otros tiempos. Sólo palabras sueltas. “Va a llover”, “no creo”, “ha escrito la Luciana”, “bueno”... Cuidaban de la granja de la cárcel y jugaban al tute con otros presos. “Tampoco es tan malo esto, tú”. “Tienes razón, Emilio, tampoco es tan malo”.

Sólo la cercanía del juicio puso inquietos a los hermanos, igual que las ovejas cuando barruntan la tormenta.

--Emilio, llevamos años sin hablar --dijo Antonio una tarde cuando salían de la granja.

--Ni falta que hace.

--Sí que hace falta, me siento mejor hablando. ¿Sabes lo que me ronda la cabeza hace tiempo? Que esta historia nuestra la hemos inventado nosotros; tu lo dijiste: un mal sueño. Los Serradillas no existen, jamás hubo Serradillas en Puerto Hurraco; Jerónimo nunca estuvo en la cárcel, murió en el manicomio, porque un poco ido sí qu estaba, por lo de los primos hermanos. Lo mío con María, un farol: las mujeres sólo dan quebraderos de cabeza, así que cuando necesitaba algo, a Castuera o a Don Benito, después, si te vi no me acuerdo. Luciana y Angelita, dos chifladas; de luto en luto desde chicas, con el traje negro y el pañuelo a la cabeza. Cuando se quitaron los pañuelos se tiñeron el pelo y se hicieron la permanente; Luciana una beata, con su medalla siempre con un imperdible en el pecho y sus misas de alba. Después les dio por la política: que querían una paga del gobierno, eso es todo. Madre murió de un infarto, estaba cantado: aquellos platos de huevos fritos con chorizo no había cuerpo que los aguantase a sus años. Tú y yo... dos bestias. Cazadores furtivos que confundimos al guarda de una finca con un puerco salvaje. Por eso estamos aqui, por poco tiempo ya, que tampoco fue nuestra la culpa. Eso es lo que somos, Emilio, dos cazadores furtivos. ¿Qué dices, hombre?

--Pues eso.



Antonio y Emilio Izquierdo entraron en la sala del juicio serenos y tranquilos. Con trajes domingueros y camisas abotonadas hasta el cuello, parecían más jóvenes que cuando andaban por los campos de Puerto Hurraco. Escucharon impasibles los cargos, mirando con ojos inexpresivos y ausentes, como si no fuese con ellos. Casi dos mil años de cárcel entre los dos fue la condena. Dicen que Emilio, cuando oyó la sentencia, esbozó una leve sonrisa, una sonrisa cazurra y maliciosa. Antonio, ya de vuelta a la cárcel, agarró con fuerza el brazo del hermano.

--Emilio, ¿por qué las dos niñas? Es como si hubiésemos matado a los hijos que no tuvimos. Eso es. Ni un mal retoño de los Izquierdo sobre la tierra. La Angelita y la Luciana, resecas por dentro y por fuera, como una mala tierra. Tú y yo, como dos cochinos castraos...¡Maldita sea!

--No digas tonterías, tú eres sólo un cazador furtivo -le cortó en seco el hermano.

--Sí, eso, un cazador furtivo --Y una sonrisa boba iluminó su rostro.

Antonio estaba atravesando ya la puerta de un mundo lejano y profundo poblado de fantasmas, un mundo del que no era posible el retorno.

Verano del 96.

domingo, 17 de mayo de 2009

Reportaje muy ilustrtativo... Parte I




Toda consecuencia tiene una causa, y en este caso un origen. Un saludo.

sábado, 16 de mayo de 2009

Sobre el aborto: ABORTO LIBRE.


Defiendo el aborto libre. Por dos cuestiones: una moral y otra económica. Creo en la libertad del indivíduo para decidir su futuro. Por otro aspecto, apoyo este tipo de medidas sociales, ya que su coste social es mínimo. Esto significa que se da una imagen de progreso y anvance social sin la necesidad de engordar la deuda. Es una medida a su vez necesaria. Por otro lado la Santa Madre Iglesia se irrita. Esto significa que hay avance, no hay nada más dañino que el silencio de un obispo....
Fijáos cuando la iglesia ha estado callada tantos y tantos años. ¿qué había detrás de ese silencio?...


Un saludo

jueves, 14 de mayo de 2009

Gracies barça¡¡¡¡



Bellísima final¡¡. Esta entrada va dirigida a mi gran amiga JANIRE.... es del ATHLETIC..ha estado en Mestalla y ha sufrido la victoria blaugrana. Solo decir, que hemos hecho lo que debíamos, ser diferentes.... y sacar la bandera de la diferencia. Visca el barça¡¡¡ y AUPA AHTLETIC¡¡¡ Somos diferentes¡¡¡ hemos de felicitarnos¡¡¡

miércoles, 13 de mayo de 2009

domingo, 10 de mayo de 2009

Cambios históricos, ¿se dan las circunstancias?




Todos los grandes cambios, son aquellos que se hacen gota a gota y de repente se cuelan por la puerta menos esperada. Esta entrada tiene por objetivo hacer apología del diálogo. Digo esto, porque en el momento que pronuncias la palabra ''diálogo'' es sinónimo de incurrir en delito. Y de verdad... sin diálogo no hay esperanza. Centrándonos en el objeto. La situación sociopolítica vasca es un gran plato de interés y análisis. En mi último viaje (más corto de lo deseado..), percibí una sensación que pone de manifiesto un hálito de ilusión dentro de este gran pueblo. La violencia puede estar abocada al inicio del principio del fin. Como siempre compré los más dispares diarios y llegabas a una conclusión: ETA para una especie anodina. La realidad se está imponiendo y excepcionalmente lo que se llamaba brazo político de ETA, está elaborando proyectos al margen de ETA. Esto resulta inaudito. Las condiciones están, el problema es aprovecharlas.... he ahí mi pregunta ¿está Patxi López en condiciones de hacer su labor de integración sociopolítico a un sector que forma parte de la realidad vasca? Mas pronto que tarde el PSE tiene que abrirse al nacionalismo y ascender juntos el último peldaño hacia la perfecta normalización política. En estos tiempo resulta ilusionario este planteamiento más si cabe cuando vemos la negación rotunda y lacónica que ofrece el gobierno al diálogo. Pero los contactos deben existir. Mi corazón me dicta abrir los brazos a nuevos tiempos. Como ciudadano que creo en la palabra no voy a negar mis principios ni caer en esas redes que juegan al agotamiento mediante un dogmatismo perverso. Entiendo que las agendas políticas polítcas y gubernamentales deben centrarse en la desastrosa crisis económica con la que convivimos. Pero esto no debe signifcar que dejemos pasar por alto algo muy necesario tanto a nivel político como sociológico. Las personas debemos estar condenadas a comprendernos. Debemos condenarnos a soportarnos, escucharnos e incluso a crisparnos. Pero nunca, repito nunca debemos condenarnos a un delegnable odio. El odio entre personas y territorios es la peor seña de identidad que puede existir en este caminante siglo. Insisto como ciudadano del mundo me niego. La política es una herramienta a veces poco servible de ahí la desafección constante entre poder y sociedad. Pero miremos a un pueblo, paseemos por sus calles, por sus barrios y hasta por sus casas. Miremos miradas, y esto nos dirá mucho que el discurso de turno del político de turno (valga la redundancia). Si cambian las miradas, las actitudas han de acompañar. Los gobiernos, todos, deben cerrar los paraguas cuando llueve. Hay que mojarse. Nunca plegarse al miedo. El problema es cuando la encrucijada nos lleva a un noble pánico. El miedo al intento(por la experiencia anterior o desconocimiento) y el otro miedo, el miedo a la reacción. Balanceándonos por los espectros políticos en España, no me cabe duda, que la voluntad del Gobierno de Zapatero sería la de dialogar y solucionar pero existe sin duda la derecha nos ha dejado un bagaje poco alentador en este sentido. ¿por qué? por miedo. Por miedo perder el poder. Por miedo a perpetuarse en la fila de la oposición. Pero no les voy a engañar, tengo esperanza. Ha habido rumores y la respuesta ha sido el silencio ¿será un buen silencio?. Las circunstancias en este sentido, son históricas. Centrémonos en el debate económico ( a la larga el bolsillo es lo que cambia gobiernos) y construyamos la paz. ¿cómo? gota a gota.....


Un saludo

viernes, 8 de mayo de 2009

Tocando el cielo.



Quizá este blog esté sufriendo una necesaria metamorfosis que pone de manifiesto el incesante proceso de vanidad por la que camina el blog. Evidentemente, como cualquier ciudadano del mundo cago mierda y no cago mármol. Bueno por un día este blog va a pasear por mundos inexpresados al exterior algo que sin duda han tenido un efecto muy nocivo en mi desarrollo emocional. Ayer en una movida discusión analizaba la necesidad del protocolo. (La palabra es fea de cojones...)Es decir la sumisión del individuo a un conjunto de reglas ficticias por las cuales la persona queda estrangulada a sus voluntades. Llano y simple. Dediquemos por un momento a hablar de lo cotidiano. Y que más usual que la mierda. Siempre me ha gustado hablar de la mierda. Entiendo a la mierda como esa cosa residual que forma parte del modo de vida de las gentes. Imagino que como cualquier cosa, cada uno le pondrá su ritual. Por ejemplo yo es necesario que tenga algo para leer mientras cago, otros tienen que cagar con ventanas abiertas... el mundo de la mierda refleja a la persona. La mitología de eso no se habla.... es un lastre, que gran lastre. ¿Quién no se ha fijado en su mierda? ¿Quién no se ha detenido en analizar y contemplar sus formas?. Todo lo cotidiano tiene que estar sujeto a contraste. Dejemos las histoiras palaciegas para el ''petit comité''. Me voy a despedir de una manera sutil, como los pedos mañaneros. ¿quién no ha puesto el esmero, energía y fuerza necesaria en sus pedos? ¿Acaso no hay nada más grandioso que el pedo mañanero?. ¿habrá una manera más noble de esgrimirse entre humanos?

Un saludo.

P.d recordad, el rubor no sirve... así que tiraros los pedos con ilusión y energía os hará sentiros más libres. En cambio los eructos los detesto...

martes, 5 de mayo de 2009

Agur...¿quién queda?




Antes de nada aclarar algo importante, no pertenezco ni como militante ni simpatizante al PNV. Pero estoy triste. Juanjo Ibarretxe, es un gran tipo. Un tipo por el que merecía la pena interesarse por la política. Un tipo que se había convertido en una figura política divertida. Porqué negarlo era la figura política más interesante de la parrilla política. Llegó a su fin. No voy a entrar en los pormenores, me guardo en la memoria de esos grandes momentos.... Esto no es como antes. La política está en una situación tan desilusionante como decepcionante. Tantos y tan diversos y se van. En la esfera europe: no se me olvida la imagen de Chiraq (padre perfecto en la cumbres europeas, acompañado de la diplomacia francesa) y el brillante canciller Schroeder.. se van ¿y donde andan?... no puedo evitar moderar el impulso de mis párpados recordando las páginas internacionales de 'EL PAIS'. Aquí en el panorama nacional, se nos fué recientemente don Pedro Solbes y sus parsimoniosos análisis..(no se nos puede ir de la cabeza el baño a la tranquila que le dió a tantos y tantos adversarios) Ibarretxe a otra esfera era otro grande. Esas maneras, esos discursos... esas formas de humanoide. Para colmo era el díscolo del patio.... ¿y los que vienen?..... Tenemos una gran crisis de generación y creación politica...
AGUR LEHENDAKARI¡¡

Y colorín colorado, Ibarretxe......

domingo, 3 de mayo de 2009

Vencer y convencer



Convertir el deporte en arte es una tarea complicada. Anteponemos la necesidad del resultado antes que la belleza del espectáculo. Pero lo de este barça no es normal. Los jugadores juegan, se divierten y ganan. Tendremos que tirar de videoteca para certificar si se ha visto algo así.... No¡¡¡ Ser del barça es un distintivo de calidad. Los valores del barcelonismo se traducen en ser diferentes. Y los somos. Más que un club, cierto. EL barça, encarna unos valores muy distintos al resto de equipos del mundo. Históricamente este club ha tenido que luchar con la imposición y el redil marcado por una institución llamada ''real madrid'' que fue diseñada e impuesta para el adoctrinamiento del pueblo español. Es la hora de abrir los brazos y dibujar sonrisas. Es curioso ciertos clubes siempre hablan de la ''épica''.. qué decir a esto, a veces tienes la impresión que esto de la garra viene del 2 de mayo... el día del alzamiento contra los franceses pero no... el día 2 de mayo tiene que ser recordado como un día histórico por el triunfo de un modelo de fútbol: ''EL buen gusto''. y ¿ahora?, ahora tenemos el envite con los ingleses. Excuso decirles que ando algo envilecido, por la mitología de los clubs ingleses. Como se puede decir que apuestan por el fúbol, equipos que juegan a encerrarse detrás de un balón y plantean partidos despreocupados por el ataque y se dedican a no encajar goles y enaltecer la racanería que les permita hacer su gol y para delante. No es justo. La idea es muy clara, hoy el barça es el mejor equipo del mundo. Espero que no suene contumaz, pero es así. Podremos ganar la Champions o no.
Despido esta entrada con dos imágenes que para mí lo resumen todo:
Carles Puyol besando el brazalete.
La imagen de un estadio Santiago Bernabeu en un estado de silencio catatónico. Un silencio electrizante que acongojó a un público que se quedó sin fuerzas ni para aplaudir a su rival......

Un saludo

P.d El vídeo: Carmina Burana de Karl Orff, interpretado por el Orfeon Donostiarra. Homenaje a la obra coral....

No hay palabras... Moltes grácies i Visca el barça¡¡¡¡

sábado, 2 de mayo de 2009

Compromiso inalterable



Mal nos iría, si no somos capaces de asumir los nuevos tiempo. Nada más y nada menos que cambiar de modelo económico. Ya está en marcha el plan de estímulo de la economía de 8.000 millones de euros que recalarán en todos los ayuntamientos que se hayan acogido a este bondadoso plan. Esta ha sido una oportunidad histórica, por mucho que me explican no llego a comprender que se le de un matiz keynesiano a esta partida. Quizás la mejor medida hubiera sido la de fortalecer el ministerio de Innovación. Es necesario sembrar desde la administración pública la clara voluntad de cambiar el patrón. De ahí que los planes de i+d+i tenga una mayor repercusión en el tejido empresarial español. Hoy estoy algo crítico, lo asumo. Pero ¿por qué eliminarle a la ministra Garmendia la gestión en la política universitaria? Una vez más el Plan Bolonia se asoma por ventana... No es justo, esta ministra dotaba al sistema universitario con la mejor de la ideas. Es un ministerio con una transversalidad enorme de ahí que pudiera compartir con el Ministerio de Educación sin necesidad de quitarlo del Ministerio de Innovación. Ahora el planteamiento es distitno. Mientras que Garmendia ponía en el horizonte nuevas y necesarias metas, ahora no lo sabemos.. La universidad no es un fin en sí mismo. Es un puente. El puente que une dos mundos incomprendidos. Es necesario la cooperación, colaboriación y eficiencia entre la universidad y las empresas. Es incongruente que la universidad camine por un camino distinto al empresarial. La inversión en conocimiento debe calar hasta el esqueleto empresarial. Esto permitirá que los paupérrimos índices de productividad de nuestre economía den un empujón. Voy a poner un ejemplo: la empresa Ericsson y la universidad.
Motivación􀂃Formación􀂃Generación de Conocimiento􀂃Difusión de ConocimientoUNIVERSIDAD􀂃Competencia􀂃Generación de Valor (Innovación)􀂃Expansión del NegocioEMPRESA.
Resultado: la empresa producirá en mejores condiciones para competir en su mercado. ¿no nos quejamos de la falicidad con la que se destruye empleo en este país? ¿no es hora de abandonar el ladrillo y buscar nuevas metas?
Cristina Garmendia debe tener un papel clave en estos tiempos, su ministerio es uno de los pilares para sostener el edificio económico del país.

Un saludo

viernes, 1 de mayo de 2009

A la nación más grandiosa del mundo: La France


La France, que no es Francia, hemos de magnimizar con el determinate. Esta nación se construyó con unos principios muy sólidos. El indivíduo existe, siente y es tenido en cuenta. Libertad, igualdad y fraternidad. Una República que se forjó desde la revolución de un pueblo, un pueblo que se atrevió a pensar. La Francia, es el lugar más bello del mundo. Su economía aguanta. Su modelo social, muy lejos de los mitos de otros países se basa en la perfecta integración y en los derechos sociales. Su lengua, una lengua bella muy bella.. una lengua convertida en canción. Un territorio que cuenta con poblados de ensueño. Una riqueza fluvial que le permite tener una de las agriculturas más potentes del mundo. Un país con recursos natruales y con una capacidad energética envidiable. ¿y su capital?......

VIVE LA FRANCE¡¡¡¡¡