Los tiempos cambian así como las políticas. Ahora lo importante no es cruzarse de brazos y lamentarse. El año 2010 ha sido el año del sobrecogimiento y la incertudumbre en lo que al panorama económico se refiere. Dudas infundadas y una obsesiva animadversión contra conceptos útiles tanto en las formas como en el contenido como la deuda pública. Ésta ha quedado como ese monstruo que hay que destruir para así tranquilizar a los inversores. Unos inversores inadaptados que lo único que promueven es el desconcierto y la infamia allá por donde caminan. Una vez más han ganado la batalla. Lo que en principio parecía un simple escarceo para debilitar a nuestra gran moneda EURO se ha convertido en la tormenta perfecta. Los estados han reaccionado rápidamente y sobre la marcha han reorientado su políticas de Gasto Público. Alarmados y preocupados por alguna presunta incapacidad de pago de sus obligaciones financieras de algún país y por tanto el fuerte riesgo de afectación al EURO, Alemania en la reunión del ECOFIN encomendó a los países del euro a tomar medidas con urgencia. Disciplina financiera. Y en esas estamos, los países anunciaron sucesivamente sus recortes en el gasto público y a partir de esto vemos como la prima de riesgo por ejemplo de España está bajando. Buena noticia para los gobiernos. Lejos atrás del 11.4% de déficit público en 2009, nos proponemos reducirlo en unos años hasta el 6%. En el caso de España, ¿existía riesgo de impago de los intereses de deuda pública? No lo se. Pero el cóctel que se presenta en la economía española es un poco desconcertante, recordando que hasta hace muy poco la rentabilidad de los títulos de deuda españoles llegarón a más del 4% unido esto a unos datos macroecónomicos desastrosos como una tasa de paro del 20%... es para pensarse el clima de reacción de la economía española y la obligación de sus pagos. Por tanto lo que han tratado de conseguir los inversores en esta batalla es hacer de la deuda pública que siempre ha sido una de las inversiones clásicas, de las que más gustan a los ahorradores de perfil conservador, siempre se ha caracterizado por su seguridad, bajo riesgo y rentabilidad asequible, la han querido convertir en todo lo contrario. En definitiva, ¿en qué ha desencadenado este proceso? Tristemente la recaudación por parte de los ingresos públicos es menor que hace años unido a esos recortes los estados tendrán menos recursos para lo que deben. Recuperar la economía con apuestas sólidas en políticas de I+D (asunto ezpelunante en el caso español por su poca apuesta), no habrá recursos para rehabilitar un sistema educativa mermado por factores de diversa índole que no viene al caso recordar y para mí lo que es más importante, la inversión en infraestructuras. España presenta un grandioso PEIT. Un plan que pone de relieve la necesidad de vertebrar y dotar de más valor añadido el tejido de las infraestructuras en el conjunto del Estado. Un drama, nada más que el recorte puede provocar la destrucción de cientos de miles de puestos de trabajo y la desladora imagen de obras medio a realizar. A todo esto se le bautizará con el eufemismo de ''austeridad y racionalización del gasto''. Pero así habrá pocos visos de cambio de modelo económico y lo más triste tendremos que esperar a las bonanzas en función de los boom que lleguen de turno y así creernos más ricos.
Keynes no ha dejado ser realizado.
Un saludo.
